Solo Squash

Por Carlos E. Croes

Cuando entrevisté a Raneem El Welily a principios de este año a través del Instagram de Sólo Squash, no teníamos ni idea de lo que era el nuevo coronavirus y cómo nos afectaría a nivel mundial; pero sinceramente también era muy difícil creer que esa atleta que tenía enfrente, la número 1 del mundo, estaba pensando en dejar de jugar.

A los 31 años se está retirando esta impresionante atleta que consiguió 24 títulos en 18 temporadas al más alto nivel y que marcó el squash por ser la primera mujer árabe en convertirse en la mejor de cualquier deporte.

Pero ¿cómo saberlo?, ¿cómo saber que una atleta como ésta, en el mejor momento de su carrera, tenía pocos meses por delante como jugadora activa? Imposible saberlo, más aún con la conversación que sostuvimos, en la que me contó sobre sus inspiraciones y su manera de mentalizarse para los partidos.

Pero lo que a mí me pareció más importante, es saber qué legado pensaba El Welily que estaba dejándole a los jóvenes que admiran su juego, por lo que intenté hacerla recordar sus primeros días con una raqueta en la mano: «Todo comenzó cuando mis padres le dieron a conocer el squash a mi hermano, solía asistir a sus entrenamientos, lo que me motivó a jugar», relató, aclarandome los sacrificios que hicieron en su hogar para que ambos pudieran jugar squash, «sin ellos no sería la jugadora que soy hoy en día», demostrando humildad, un aspecto clave tanto en la mentalidad como en la personalidad de esta gran jugadora.

La egipcia no dio demasiados detalles de su retirada, pero dijo que busca «formar una familia» con su marido Tarek Momen, también campeón mundial de squash en la temporada 2019/2020, lo que para ella es «una prioridad», lo que nos habla de las prioridades a las que le está dando espacio en su vida en este momento.

Ella y Momen consiguieron en 2019 una entrada en el Libro Guinness por ser el primer matrimonio en alzar un trofeo mundial en todos los deportes.

Quise preguntarle cómo había sido su primer partido, pero tras tantos disputados imaginé que el recuerdo podría ser borroso, por lo que preferí consultarle sobre lo que debería hacer un squashista para ganar su primer juego, a lo que me respondió de una forma que me hizo pensar en lo claras que tenía sus ideas:

  • Tienen que divertirse en la cancha, disfrutar de los desafíos a los que se enfrentan, sentir amor y emoción por competir, de esa manera seguramente encontrarán la manera de salir victoriosos.
  • Nunca te rindas, lucha hasta el último punto.
  • Usa tus fortalezas y también conoce la debilidad de tu oponente.

Además, me dijo que antes de un partido prepara su plan de juego «y me imagino ejecutándolo, poniéndome en escenarios similares a los que podría enfrentarme durante la competición».

El mundo del squash me ha dado muchas satisfacciones y experiencias gratificantes, pero atesoro entre las más importantes haber tenido este acercamiento personal con esta gigante en el TOC de Nueva York de 2016, cuando pude conversar con ella y su esposo, quienes en pocos minutos me mostraron la sencillez del alma de estos campeones.

Mientras escribo esto reviso mi memorabilia de squash y me encuentro con la pelota que El Welily me firmó después de salir victoriosa en el partido en el que la vi en el mismo campeonato pero de 2017, y no tengo más que un gran agradecimiento por haber sido testigo de su grandeza dentro y fuera de la cancha.

Esta fue la foto que publicó El Welily para despedirse en sus redes sociales.

«El squash ha sido mi vida durante los últimos 25 años, pero ha llegado la hora de decir adiós», anunció la deportista en su cuenta oficial de Facebook, cerrando así uno de los capítulos más increíbles del mundo del squash mundial.

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