Tener un buen coach es la clave de la victoria dentro y fuera de la cancha
La figura del entrenador juega un papel importante en casi cualquier disciplina deportiva. Tanto, que muchas estrellas del deporte deben parte de su éxito a quienes los asesoraron al inicio de su carrera. El squash no es la excepción. De hecho, en muchos casos el contacto entre el jugador y su entrenador puede influir tanto en el estilo de juego como en el marcador final de un partido.
En esta entrega, el equipo de Solo Squash te explicará cuál es la importancia y las ventajas de contar con un entrenador personal. También podrás conocer algunos detalles que te permitirán elegir un buen mentor y aprovechar al máximo tu rutina.
Observación, la clave para escoger un buen coach
Encontrar un buen entrenador requiere buen ojo y, en ocasiones, también intuición. En principio, se recomienda tener en cuenta las credenciales y de ser posible, tener referencias. Pero también existen otros detalles importantes que merece la pena considerar. Algunos de ellos son:
- Prestar atención al juego de sus alumnos: hacerlo te permitirá conocer de primera mano la calidad de su entrenamiento, además de las técnicas que utiliza con mayor frecuencia en la cancha.
- Ver cuál es su comportamiento: un buen coach mantiene una actitud correcta dentro y fuera del espacio de juego. Además, te dará una idea de cuál es su sistema de valores.
- Observar su historial de logros alcanzados: sus puntajes, el número de victorias y los diversos títulos que ha obtenido sirven para demostrar el nivel de experiencia. Por si fuera poco, también es un indicador de su preparación en el mundo del squash, además de las certificaciones que ha alcanzado para ser coach.
- Conocer cómo es su desempeño: el squash es un deporte de alto rendimiento que también exige una buena salud mental. Un entrenador ideal debe contar con la fortaleza necesaria para preparar a sus alumnos tanto física como psicológicamente.
Squash: un deporte con camino espiritual
El squash es una disciplina deportiva que requiere resiliencia, fortaleza mental y mucha dedicación. Especialmente cuando son los ex jugadores quienes se dedican a entrenar a una nueva generación de atletas. Por eso es necesario cultivar ciertos valores espirituales para lograr un desarrollo integral.
Por ejemplo, es importante que un buen coach cuente con la empatía y la capacidad de dedicarse al otro, más que enfocarse en el juego como un logro personal.
Ser entrenador en squash también significa conectar con las verdaderas necesidades de los alumnos. Conocer su capacidades, saber cuánto pueden dar y motivarlos en el proceso.
Y es que más que ganar partidos o campeonatos, el trabajo de un buen coach también debe enfocarse a lograr que los jugadores superen sus propios límites y se conviertan en mejores seres humanos. Más que enfocarse en el mejor puntaje, un buen coach de squash debe adoptar el deporte como una filosofía de vida.
Ignacio Parma, entrenador argentino, resume esta filosofía en una frase: “No es la práctica lo que hace la perfección, sino la práctica perfecta”. De eso se trata.
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