La clave del éxito está en mantener toda la atención en el juego
La concentración es un elemento clave en cualquier deporte de alto rendimiento. Significa calmar la mente y dar lo mejor en cada momento del partido. Implica “silenciar” al crítico interno y retarse a dar el 100%. Pero también se trata de una habilidad que debe entrenarse con la misma constancia que la resistencia física, ya que juega un papel importante a la hora de ganar partidos, e incluso campeonatos completos.
En el squash, tanto el foco como la concentración pueden convertirse en elementos capaces de decidir la victoria. Por eso, en Solo Squash hemos desarrollado el tema en profundidad y descubrimos algunas técnicas que puedes poner en práctica antes de ingresar a la cancha.
Definiendo los términos
En su libro Psicología del deporte, José Lorenzo González define la concentración como la “focalización de toda la atención en los elementos relevantes de una tarea, ignorando o eliminando todo lo demás”.
En el squash, este concepto podría enfocarse como la capacidad de tener la mente en el partido y anotar la mayor cantidad de puntos posibles en cada set. Por tanto, a mayor concentración también habrá más posibilidades de triunfo.
Esto se debe a que un buen juego de squash requiere de varios elementos, a saber: foco, estrategia, táctica y autocontrol. Y es que no solo se trata de cometer la menor cantidad de errores posible.
También es necesario enfrentarse al cansancio, la falsa sensación de superioridad y al impacto que tienen los diferentes errores cometidos en la cancha. La razón es que de esta manera podrás enfocar toda tu atención en un juego eficiente, sin responder a los estímulos externos.
Concentración: la clave para derrotar al adversario
Al momento de jugar, es de gran utilidad leer los movimientos del oponente y usar esa información a nuestro favor. Buena parte de las ventajas en el squash se deben a los errores del contrincante. Así que si logramos enfocarnos en detectar los puntos flacos, el resultado que obtendremos será considerablemente bueno.
En estos casos, lo mejor es desarrollar dos focos diferentes de atención: externo e interno. El primero estaría relacionado con el hecho de prestar atención a los movimientos exteriores, como por ejemplo, el rebote de la pelota.
Por otra parte, el foco interno concentraría la estrategia de juego del deportista y sus diversos resultados. Ambos procesos deben complementarse con la capacidad de adaptarse a las circunstancias de la partida a medida que cada set avanza.
El cansancio como distractor
Cuando se trata de mantener la mente tranquila, el factor fisiológico tiende a ser clave. Por ejemplo, la deshidratación puede ocasionar la pérdida de electrolitos y producir un estado de fatiga generalizada. A su vez, esto se traduce en la incapacidad para concentrarse y responder de manera adecuada.
Otros inconvenientes que se presentan con frecuencia en la cancha están relacionados con factores como la confianza: tanto su falta como el exceso pueden influir negativamente en el rendimiento de cualquier atleta, al distraerlo de su objetivo principal, que es dar lo mejor de sí.
Para solucionar estos puntos, conviene tener en cuenta algunos tips, como el no preocuparse por los fallos, mantener una buena hidratación, dosificar la intensidad y sobre todo, disfrutar la partida.
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